La educación de calidad, la formación previa al empleo y el aprendizaje a lo largo de la vida son los tres pilares necesarios para fomentar y mantener la empleabilidad de las personas
Es indudable la necesidad que
tienen los países en vía de desarrollo de aplicar políticas que propicien el
desarrollo económico y social que vayan a tono con el permanente cambio del
mundo actual; es aquí cuando el papel del ser humano, de nuestra mano de obra
toma dimensiones de gran valor. Es vital que se generen cambios en la forma
como se está impartiendo el conocimiento, a la vez de reevaluar si dichos
conocimientos son los adecuados para afrontar la demanda laboral que exige el
mundo; en tanto que hay que efectuar gran hincapié en el perfeccionamiento
continuo de los procesos que conciernen la actividad laboral, individual y
social; permitiendo así progreso continuo en nuestros países.
El reto es
grande para los gobiernos, empleadores y trabajadores; ya que la aplicación y
mejoramiento de las políticas y su desarrollo abarca un trabajo conjunto que
permita la retroalimentación y adaptación que establezca el mundo cambiante. Es
necesario que exista la voluntad de afrontar el cambio para así poder mejorar,
tanto el gobierno con la implementación y moldeamiento de los programas
educativos enfocados a ser competentes en las diversas áreas; como los
empleadores deben respaldar la formación permanente de sus empleados, al
brindar capacitación y herramientas tecnológicas que faciliten y optimicen las
actividades; al igual que los trabajadores necesitan estar capacitados y saber
desarrollar actividades específicas de la mejor forma posible, es por esto que
el aprendizaje debe ser permanente al son de los cambios que se presentan en la
sociedad y el mundo laboral.
Al hablar
de fomentar y mantener la empleabilidad de las personas se ínsita a generar
conocimientos, aptitudes profesionales y el saber hacer de una tarea o contexto
especifico con la expresión formal de habilidades profesionales que el
trabajador debe poseer y que son reconocidas en los planos internacional,
nacional o sectorial, Y que son transferibles que fortifican la capacidad de
las personas para aprovechar las oportunidades de educación y de formación con
miras a encontrar y conservar un trabajo decente, progresar en la empresa o al
cambiar de empleo y adaptarse a la evolución de la tecnología y de las condiciones
del mercado de trabajo. Es fundamental que exista equidad para los ciudadanos y
empleados en las oportunidades que se les brinda, enfocándolas al ser apto o
competente para realizar una actividad determinada que involucre las nuevas
formas de ejecutar las actividades con acompañamiento de la tecnología; en
tanto que la educación, formación y aprendizaje para el individuo en la
actualidad son una prioridad que no debe escatimar esfuerzos por parte de
empresas, gobiernos y por supuesto del empleado.
La aplicación
de estas políticas que favorecen la evolución social demandan el trabajo
conjunto entre las instituciones del gobierno y las empresas, al facilitar las
herramientas y medios necesarios para que se dé la educación, formación y
aprendizaje permanente, en tanto que es necesario que estas sean las más
adecuadas y que sean moldeables al cambio que se vive diariamente en el mundo;
también es importante que se imparta conocimiento y se desarrollen habilidades
que se necesiten en el mercado laboral, utilizando adecuadamente las
tecnologías de la información y la comunicación, para que de esta forma el
mejoramiento de las prácticas profesionales se pertinente y continuo.
Al realizar un desarrollo integral en los recursos
humanos se está posibilitando a que los ciudadanos cualificados y competentes
no emigren de sus países, generando conciencia y pertenencia en el desarrollo
colectivo de todas las áreas de la sociedad y la responsabilidad que tiene cada
individuo en la formación y evolución de su comunidad.
Con relación a Colombia, se evidencia que gran parte
de la fuerza laboral no posee las herramientas básicas para desarrollar con
éxito las actividades en el mercado de trabajo y mucho menos contribuir al
aumento de la productividad y de la competitividad que el país exige en el
nuevo contexto económico internacional. Esto debido a que no se le ha dado
importancia a la necesidad de la formación para el trabajo; las cifras con
relación al acceso de los ciudadanos a la universidad o institutos de educación
técnica son alarmantes, es necesario que exista la preocupación de desarrollar
a los colombianos en mejora de las condiciones económicas y sociales del país.
Generando alternativas de formación integrales tanto en lo académico como en lo
técnico, desde las instituciones de educación secundaria se genera vocación en
los jóvenes hacia una actividad específica, facilitando la adopción y
culminación de carreras técnicas o profesionales que permitan un incremento en
el nivel de conocimiento de los trabajadores, posibilitándolos así a que
propongan sobre cómo se pueden a ser mejor las cosas en la organización,
generando a la vez identidad y permanencia en la empresa donde laboren.
Se hace
inevitable que todas las instituciones establezcan y desarrollen programas o
planes de estudio pertinentes y flexibles que se adapten a las necesidades del
mercado laboral, es vital que se establezca la formación por competencias, ya
que esta posibilita una relación directa con el sector productivo del país.
En Colombia se ha venido desarrollando el Sistema Nacional de Formación para el Trabajo SNFT, que busca articular la oferta de formación para el trabajo con el fin de que los empleados colombianos cuenten con aquellas competencias, cualidades y aptitudes necesarias para desarrollar de forma óptima las labores que se le son designadas; aunque existe preocupación e interés por algunos sectores del país y viéndose como líder gestor el Servicio Nacional de Aprendizaje SENA, es preciso que exista integración por parte de los gremios, ministerios y demás entidades interesadas en una formación integral y de buena calidad; en lo referente a las políticas, inspección, vigilancia y control de la oferta educativa de formación profesional.
El avance
en los últimos años ha sido significativo con el SNFT, pero debe seguir
desarrollándose y actualizándose con miras a los cambios de la sociedad y el
mundo laboral que exigen una mejor fuerza laboral, teniendo como principales
actores al Ministerio de protección social y el de Educación que deben buscar mayor
integración en sus políticas.
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